No es posible determinar con exactitud las razones por las que una persona tiene cáncer, sin embargo, hay estudios epidemiológicos que consideran varios factores de riesgo relacionados con hábitos de vida, exposición a sustancias químicas y factores genéticos.
El cáncer puede ser producto de mutaciones genéticas causadas por los efectos nocivos de medicamentos, virus, productos químicos, luz solar o de otros agentes presentes en el medioambiente. Algunas familias, poseen genes anomalos heredados, a este tipo de cáncer se lo denomina cáncer “familiar” o “hereditario”, constituye el 10%. El 90% restante de los cánceres son conocidos como "no hereditarios" o "espontáneos" y son ocasionados por mutaciones genéticas que suceden durante la vida como resultado del envejecimiento y la exposición a factores de riesgo.
El cáncer no es una enfermedad exclusiva de un grupo de personas con una edad específica, es una mutación genética que, por lo general, puede tardar en manifestarse años por lo que es diagnosticado en la edad adulta o adulta mayor. Aun así, hay tipos de cáncer que se diagnostican con mayor frecuencia en menores de 20 años como como las leucemias más comunes en niños y adolescentes.
Los estudios poblacionales realizados hasta la actualidad no han definido si existe un alimento o nutriente que genere o proteja contra el cáncer, pero sí se han identificado coincidencias en la relación entre componentes particulares de la dieta con el riesgo de cáncer. Se recomienda mantener una alimentación equilibrada que incluya verduras, vegetales, frutas y, se disminuya la ingesta de carnes rojas, sal, azúcar, frituras, comida chatarra e hiperprocesada.
El índice de masa corporal mayor a 25, se denomina sobrepeso u obesidad. Actualmente, esta condición se la asocia con al menos 13 tipos de cáncer que, a nivel mundial, representan hasta el 40% de todos los casos diagnosticados de cáncer de esófago, mama, colorrectal, útero, vesícula, estómago, riñón, hígado, ovario, páncreas, tiroides, mieloma múltiple. La evidencia indica que el incremento del peso genera cambios corporales como la inflamación a largo plazo y el incremento en los niveles normales de insulina y de las hormonas sexuales.
El consumo de alcohol aumenta el riesgo de presentar cáncer, siendo los más comunes el de la cavidad bucal (sin incluir los labios), la faringe (garganta), laringe, esófago, hígado, mama y colorrectal. Al ingerir alcohol, el cuerpo lo convierte en acetaldehído, una sustancia química que produce daños en el ADN el cual no puede ser reparado por el organismo. El ADN, es el responsable de dar instrucciones de funcionamiento y crecimiento a las células, al presentar alteraciones, puede generar el crecimiento descontrolado de las células y formar tumores cancerosos.
En el mundo, el tabaco es la causa principal de cáncer y de muerte por cáncer. Una persona que usa tabaco o que está regularmente expuesta a ambientes de humo de tabaco (humo de segunda mano) tiene un mayor riesgo de generar cáncer debido a los compuestos químicos que contienen los productos de tabaco (rapé o tabaco de mascar), los cuales generan daños irreparables en el ADN. Muchos son los tipos de cánceres que causa, entre los más comunes tenemos el de pulmón, laringe, boca, esófago, garganta, vejiga, riñón, hígado, estómago, páncreas, colorrectal, cuello uterino y leucemia mieloide aguda.
Si bien los estrógenos son hormonas que tienen funciones fisiológicas esenciales en el cuerpo de la mujer y del hombre, estas han sido asociadas con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Se ha visto que la terapia hormonal combinada para la menopausia (estrógeno más progesterona) puede aumentar el riesgo en la mujer de padecer cáncer de mama, mientras que la terapia hormonal con estrógeno utilizada también para la menopausia, incrementa el riesgo de cáncer de endometrio. Si se considera el uso de una terapia hormonal, se recomienda que la mujer consulte a su médico los riesgos y beneficios antes de tomar una decisión.
La exposición a radiación ultravioleta o UV emitida por el sol, lámparas solares y camas o cámaras de bronceado provocan un envejecimiento prematuro de la piel y daños que pueden resultar en cáncer de piel a cualquier edad y en todos los tonos de piel. Limitar la cantidad de tiempo de exposición la radiación UV es importante para prevenirlo, por lo que se aconseja estar al sol en las horas de menor radiación como lo son a las 10 de la mañana y las 4 de la tarde; es importante tener en cuenta que los rayos UV rebotan en la arena, pavimento, agua, nieve, hielo, parabrisas y ventanas. Se aconseja el uso de protector solar mínimo de SFP 15, lo cual varía según el tiempo de exposición al sol, la ubicación geográfica y el tono de piel; así como de gafas oscuras, de sombreros de ala ancha, mangas largas y pantalón largo.
La radiación se denomina a la forma en que la energía se propaga a través de la materia o en el vacío en forma de partículas u ondas electromagnéticas. Se pueden distinguir, principalmente, la radiación ionizante y la no ionizante entre otras formas de radiación existentes. La radiación ionizante transporta más energía que la no ionizante para que los átomos del material con el cual interaccionan ganen electrones, lo que no sucede con la radiación no ionizante ya que esta no transmite suficiente energía para causar este tipo de cambios, pero sí otras reacciones químicas como el calentamiento y corriente eléctrica. La radiación ionizante (radón, rayos X, rayos gamma y otras), por su naturaleza, puede dañar el ADN del cuerpo y causar cáncer. En cambio, la radiación no ionizante que es de baja frecuencia (como la luz visible, y energía emitida por el microondas y teléfono celular) no evidencian un daño que pueda causar cáncer en las personas.
Ciertos gérmenes, virus, bacterias y parásitos, pueden aumentar el riesgo de que se forme cáncer debido a que producen una inflamación crónica del cuerpo. Hay virus que interrumpen el funcionamiento normal, crecimiento y reproducción de las células o que debilitan el sistema inmunitario, lo que disminuye la capacidad normal para combatir otras infecciones que causan el cáncer. La mayoría de los virus pueden transmitirse de persona a persona por la sangre o por fluidos corporales (en relaciones sexuales sin protección) y el compartir cubiertos o agujas. Estos virus pueden ser: Virus de Epstein-Barr (VEB), Virus de la hepatitis B y virus de la hepatitis C (VHB y VHC), Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), Virus del papiloma humano (VPH), Virus de leucemia/linfoma de células T humanas tipo 1 (HTLV-1), Herpesvirus asociado con el sarcoma de Kaposi (KSHV), Helicobacter pylori (H. pylori), Polyomavirus de células de Merkel (MCPyV) en la piel, Schistosoma hematobium.
La inflamación es una respuesta fisiológica normal del cuerpo que se genera mientras dura el proceso de sanación de un tejido lastimado, momento en el cual los glóbulos blancos generan sustancias que promueven la división y crecimiento celular para reconstruir el tejido. La inflamación crónica se presenta aun cuando no hay lesión (fractura o corte) en el cuerpo y es un proceso que permanece sin parar cuando debería. Puede ser causada por infecciones que no desaparecen, por una reacción inmunitaria anormal a los tejidos que se encuentran normales y debido a estados del cuerpo como la obesidad. Con el tiempo, esta inflamación daña el ADN y puede causar la aparición de un cáncer, ejemplo son las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn).
Hay fármacos inmunosupresores que son administrados a personas que han recibido un trasplante de órgano y ocasionan que el sistema inmunitario tenga menor capacidad de combatir infecciones que predisponen al cáncer o de detectar y destruir las células cancerosas. Los cánceres más comunes en estas personas son el Linfoma No Hodgkin (LNH), cáncerde pulmón, riñón, hígado. También, hay virus como el VIH que también debilitan el sistema inmunitario y aumenta el riesgo de ciertos cánceres debido a gérmenes infecciosos como el virus de Epstein-Barr, el herpesvirus humano 8 o el virus asociado con el sarcoma de Kaposi, la hepatitis B (VHB) y de la hepatitis C (VHC) que causan cáncer de hígado, y el virus del papiloma humano (VPH) que causa cáncer de cuello uterino, cáncer anal, orofaríngeo y otros cánceres.
El entorno puede contener sustancias químicas que perjudican la salud y pueden aumentar el riesgo de cáncer. Tanto en el hogar como en el lugar de trabajo es importante controlar la exposición y presencia de hollín, de humo de tabaco, el asbesto y bencina, el monóxido de carbono, el humo de quema de carbón, polvo de madera, el 1,4-diclorobenceno (DCB) presente en ambientadores y desodorantes, entre otros.