El uso de terapias biológicas en oncología ha cambiado significativamente el pronóstico de pacientes con cáncer. A diferencia de las terapias convencionales los biológicos se dirigen a los denominados blancos terapéuticos:
Pueden:
Disminuir determinados efectos secundarios de algunos tratamientos del cáncer.
El sistema inmunitario tiene la función de combatir invasores en nuestro cuerpo, como lo son los gérmenes, virus, etc. Bajo este principio, el sistema inmunitario también debería reconocer a las células cancerosas como anormales y atacarlas, sin embargo, esto no siempre sucede ya que estas tienen la capacidad de esconderse y de desactivar o inhibir las células del sistema inmunitario para que no reaccionen. En este sentido, la terapia biológica, por un lado, induce a que el sistema inmunitario cumpla su función de ataque a las células cancerosas, y por otro, a encender y apagar señales celulares que ayudan a las células cancerosas a eludir a las del sistema inmunitario.
Hay varios tipos de terapia biológica, el médico definirá cuál de ellas es la apropiada para cada persona según su estado de salud, el tipo y estadio de cáncer.
Es posible que con la terapia biológica aparezcan ciertos efectos secundarios como dolor, inflamación, irritación o erupción en el lugar de la inyección, así como escalofríos, fiebre, mareos, náuseas, dolor de cabeza y fatiga.
Término que se usa para describir versiones subsecuentes de productos biofarmacéuticos; este debe ser aprobado oficialmente por organismos regulatorios antes de su uso e idealmente debe haber sido sometido a los mismos pasos evaluativos de seguridad y eficacia que el producto original.
La introducción de la terapia biológica en el manejo de enfermedades oncológicas ha permitido incrementar la probabilidad de alcanzar mejorías clínicamente significativas e incluso remisión en algunos pacientes. Es importante conocer el perfil de seguridad de cada una de las drogas, y los factores predictivos de respuesta, de tal forma que sean utilizados de la mejor forma posible en beneficio de los pacientes. Un acápite de importancia en la seguridad es el riesgo de infecciones, por lo que deben realizarse evaluaciones de riesgo adecuadas.
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